La Partitura de Anna Casanovas · Escena inédita



Sinopsis

En Londres, Adam, un joven compositor, pierde la vista en un accidente y ciego descubre lo vacía que estaba su vida a pesar de contar con el éxito profesional y la que todos consideraban la pareja perfecta. Solo y adaptándose a la ceguera, Adam decide buscar lo mejor de sí mismo, de sus amigos y vivir plenamente. Lo único que teme es componer, hasta que un día el director de la ópera de la ciudad acude a pedirle un favor y semanas más tarde escucha a una chica tocar el piano. Y entonces aprende a ver con el corazón.
En Nashville, Charlotte, una pianista de música country, hace una promesa y lo deja todo para terminar la carrera de música en Inglaterra aunque allí se niega a establecer lazos con nadie pues su paso será solo temporal. Charlotte no quiere sonreírle a sus vecinas, no quiere entablar amistad con sus compañeros de clase ni tocar con ellos en una tintorería abandonada y no quiere que su corazón despierte y descubra el amor de verdad. Y por encima de todo no quiere volver a componer ni a tocar el piano jamás.
En París, en 1830, un joven granjero huye del campo hacia la ciudad para convertirse en músico, pero allí estalla la revolución y él encuentra el amor en el lugar y el momento más inesperados.
En Mallorca, dentro de una caja abandonada en un ático aparecen un manojo de cartas entre Chopin y la que fue su amante George Sand y entre esas cartas hay la que podría ser la última partitura inacabada del compositor.
La iglesia de Saint Martin en Trafalgar Square anuncia el concierto del año, el pianista que va a tocar, las personas que lo acompañan, llevan meses captando el interés de la prensa. La historia que rodea la partitura es aún más fascinante pues está envuelta de secretos, misterio, pasión y un gran amor.

Anna Casanovas · 3 abril · Titania Amour· ¡Cómprala ya! 

¡Mañana es el gran día! Anna Casanovas regresa a nuestras vidas con una de sus nuevas joyas: La Partitura. Música para Adam. No me la he leído pero estoy segura que será una historia compleja, repleta de amor y de esas que nos marcan, que se quedan en nuestro recuerdo por mucho, mucho tiempo. Como sabéis es una de mis autoras favoritas, tanto que incluso soy co-creadora del Grupo de Facebook de Fans de Anna (Locas por Anna Casanovas, si eres de las mías únete) por eso hablo con conocimiento de causa, tras leerme casi todas sus novelas he visto una gran evolución en la pluma de la autora. Ya con Herbarium pudimos comprobar que hay novelas y novelas, y tengo la sensación de que esta novela va a ser otro paso más allá. Esta historia mezcla varias épocas, varios personajes, Adam y Charlotte tienen un pasado y un presente complejos y la música lo une todo, la música y LA PARTITURA.


Y para ir generando más ganas (si cabe) Anna ha querido pasarse por este pequeño rincón y dejarnos una escena inédita. Os dejo con ella:

Publicar una nueva novela es, para mí, muy emocionante y aterrador al mismo tiempo. La emoción que siento al compartir una historia con vosotros es única, porque siento que los sentimientos que he plasmado en cada página pasan a ser vuestros y eso es, sin duda, una de las mejores cosas de escribir. O tal vez la mejor. En cuanto al miedo, voy a confesar que cada vez voy a peor. Y si la novela en cuestión es “La partitura”, que ha estado conmigo durante más de un año, en la que he mezclado una historia de amor contemporánea (con unos protagonistas muy sinceros y a los que el amor les cambia por dentro) con una misteriosa partitura que empezó a escribirse en el 1830 y que tiene voz propia, entonces esos nervios, ese miedo, escala hasta proporciones épicas. Por eso cuando alguien como Patricia te escribe para decirte que tienen muchas ganas de leerla y para invitarte a compartir una escena en su blog piensas que realmente existe la posibilidad de que todo vaya bien.

Gracias, Patricia, por tu cariño y por querer conocer un poquito mejor a Adam y a Charlotte. Muchas gracias por darme la posibilidad de visitar “La narradora”, un blog fascinante, real, precioso y en el que los libros encuentran un hogar.

Os dejo una escena inédita de la novela, algo especial. No es un spoiler y se situaría al final del capítulo 21 (por si os apetece releerla cuando tengáis la novela en la mano). Espero que os guste mucho y que os enamoréis de “La partitura. Música para Adam.”

Adam se había pasado más de un año sin componer. Al principio lo había achacado al cansancio, era normal que después de meses y meses de trabajo intenso no le quedase nada dentro; componer la banda sonora de Scarlett Holmes había requerido de todo su tiempo y esfuerzo y era lógico que no se le ocurriese nada. No era una máquina. Los primeros meses no se preocupó demasiado, tampoco tuvo tiempo entre el último viaje y las cenas y los fines de semana fuera de la ciudad a los que lo arrastraba Erika. Hasta que un día, un mañana, solo en casa se sentó frente al piano, colocó las manos sobre las teclas y las sintió frías. El escalofrío le subió por los brazos y después bajó por la garganta hasta extenderse por el resto del cuerpo. Podía tocar, incluso ahora recordaba perfectamente que aquel día sus dedos se movieron por el teclado repitiendo los movimientos de compases que él había escrito y se sabía de memoria. Pero aquel día, aunque entonces aún tenía la vista intacta, descubrió que ya no veía la música. Se asustó. Se rio de sí mismo. Se dijo que eso eran pamplinas de artistas bohemios, tonterías, que él era un compositor profesional y que solo estaba cansado.
Una cena más con Erika, otra reunión con un posible cliente. Y otra más.
Cada tarde se sentaba al piano con la esperanza de poder escribir un compás, uno solo, y cada tarde acababa lanzando algo contra la pared, golpeando algo, sintiendo como aquel vacío, el que había dejado la música, crecía dentro de él y le devoraba. 
Y nadie parecía darse cuenta. 
A nadie parecía importarle.
Ahora, tumbado en la cama con Charlotte a su lado, supo que ella se habría dado cuenta. Ella estaba en sus brazos, podía sentir su piel desnuda en contacto con la suya y apretó los párpados hasta que tras ellos se formó la imagen de su espalda, de las curvas, las pecas, las vértebras, los temblores que él nunca vería, pero que quería pasarse el resto de la vida sintiendo, provocando, queriendo.
Por supuesto que le gustaría que la noche que perdió la vista no hubiese sucedido, pero no por él sino por su hermana y sí, quizá también por él, porque estaba seguro que Charlotte era aún más preciosa de lo que era capaz de imaginarse. Pero en realidad si el destino le diese esa clase de poder, el de volver atrás en el tiempo y cambiar algo, un hecho de su vida, no elegiría esa noche. 
Charlotte se movió y él agachó la cabeza para besarle el pelo y después la frente. Ella suspiró y se acurrucó aún más encima de su pecho. 
No, no elegiría esa noche porque cuando se despertó en el hospital descubrió que no le gustaba quién era ni en qué se había convertido su vida y entonces empezó a cambiar de verdad. No había sido fácil llegar hasta aquí y no iba a parar de avanzar por nada del mundo.
Charlotte movió la mano y le acarició el hombro, sus dedos llegaron hasta el pelo y allí se enredaron como si no quisiera soltarlo.
Él sonrió. 
Otra cosa que llevaba mucho tiempo sin hacer.
Charlotte le había devuelto la música, gracias a ella había aprendido a escucharla de nuevo, a sentirla dentro del corazón y, poco a poco, había vuelto a verla. Esa noche, o esa madrugada, ya no sabía qué hora era y tampoco le importaba, había vuelto a componer. Habían estado juntos, él la había besado, sus dedos y sus labios habían recorrido su cuerpo del mismo modo que lo habrían hecho sus ojos de funcionar como antes y Adam había descubierto que había muchas maneras de ver y muchas de estar ciego.
Él nunca había visto a una mujer de verdad hasta Charlotte.
Nunca.
Y a ella la veía, ahora la tenía grabada en cada poro de su piel y en cada molécula de su cuerpo. La oscuridad seguía allí, pero con Chalotte podía dominarla y obligarla a retroceder, cambiaría cada rincón oscuro por una nota, por un compás, por un beso o por una caricia de ella.
Soltó despacio el aliento, él era el primero en no entender lo que le estaba pasando, ¿cómo era posible que no estuviese asustado? 
Unas horas atrás había abandonado esa cama y la chica que tenía dormida a su lado porque la necesidad de componer casi le había partido por la mitay cuando ella había bajado a buscarle porque la música la había despertado… Adam se estremeció al recordarlo y la abrazó más fuerte.
Él no era idiota, sabía que Charlotte aún guardaba secretos en su interior, quizá tenían que ver con su vida en Estados Unidos o quizá estaba paranoico y lo que tenía que hacer era relajarse, besarla de nuevo y perderse en ellaFuera lo que fuese, Adam no iba a echarse atrás, ella no solo le había devuelto la música, le había devuelto la luz y él… él tal vez no supiera qué estaba haciendo, pero sabía que a partir de entonces cada nota que saliera de su cuerpo llevaría el nombre de Charlotte.



¿Tenéis tantas ganas de leerla como yo? Contadme, contadme




6 comentarios

  1. Hola!!
    Estoy deseando de leerlo.
    Un saludo :)

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  2. Hola!
    Vale, mi decisión de mantenerme lejos de adelantos, primeros capítulos y escenas inéditas me ha durado 2 minutos!!
    Estupenda escena, volveré a ella al terminar el libros, seguro
    El fanart, de 10 😉
    Un beso
    S

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  3. Hola! No conocía el libro pero parece muy interesante así que no descarto leerlo. Muy buena reseña.

    Un saludo!

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  4. Hola!! me llama mucho la atención, espero leerlo pronto!!
    Saludos!

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  5. Muchas gracias por compartirlo me encantó, además mis ganas aumentan todavía más. Ya presiento que esta historia me enamorará y me hará sufrir jaja.

    Un beso

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  6. TENGO MUCHAS GANAS DE LEER ESTE LIBRO
    Ojalá me pueda hacer con él pronto porque me encantaría descubrir que nos esconde su interior, además entradas como la tuya me ponen los dientes largos y me dan más y más ganas de leerlo
    ¡un beso grande!

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