El coronel Harry Schwartz y la doctora Alexandra Betancourt no tienen nada que ver, aunque ambos se sienten atraídos desde un primer momento Alex no quiere que pase nada entre ellos. Dos personas dispares que se acercan y se alejan durante buena parte de la historia escondiendo lo que realmente sienten el uno por el otro. Ambientada en el Congo belga, Empezar de nuevo es una historia bonita, cargada de situaciones extremas, superación personal y mucho tensión sexual entre los protagonistas.
Vamos allá con la cita de hoy.
La mujer abrió los ojos por primera vez desde que la habían encontrado y Alexandra tuvo la sensación de que comprendía lo que estaba ocurriendo; miró a la doctora y pareció llenarse de paz y, soltando un suspiro, expiró. Alexandra permaneció inmóvil, sosteniendo aún entre las suyas la mano de la mujer.
De pronto, otras manos fuertes y decididas la obligaron a levantarse, y unos brazos poderosos la rodearon y la estrecharon con fuerza. Así, inmovilizada contra el poderoso pecho masculino, Alex notó los dolorosos sollozos sin lágrimas que la sacudían, mientras su cuerpo temblaba, aterido.
El coronel mantuvo el férreo apretón hasta que los estremecimientos cesaron, después aprisionó la barbilla femenina entre el índice y el pulgar y la obligó a elevar su rostro hacia él. La doctora mantenía los ojos cerrados con fuerza y una lágrima permanecía cautiva entre sus espesas pestañas. El coronel inclinó la cabeza y la besó con suavidad, hasta que Alexandra entreabrió los labios y permitió que la caricia se hiciera más profunda. Sin saber cómo, ese beso, que había empezado de forma tan delicada, se convirtió de repente en algo mucho más violento y apasionado.
Alexandra recibía sus besos como si estuviera hambrienta y sedienta, y el coronel se vio arrastrado por una ola de deseo incontrolable. Las lenguas se enredaron y jadeos entrecortados brotaron de sus gargantas. (Harry y Alex en Empezar de nuevo)
De pronto, otras manos fuertes y decididas la obligaron a levantarse, y unos brazos poderosos la rodearon y la estrecharon con fuerza. Así, inmovilizada contra el poderoso pecho masculino, Alex notó los dolorosos sollozos sin lágrimas que la sacudían, mientras su cuerpo temblaba, aterido.
El coronel mantuvo el férreo apretón hasta que los estremecimientos cesaron, después aprisionó la barbilla femenina entre el índice y el pulgar y la obligó a elevar su rostro hacia él. La doctora mantenía los ojos cerrados con fuerza y una lágrima permanecía cautiva entre sus espesas pestañas. El coronel inclinó la cabeza y la besó con suavidad, hasta que Alexandra entreabrió los labios y permitió que la caricia se hiciera más profunda. Sin saber cómo, ese beso, que había empezado de forma tan delicada, se convirtió de repente en algo mucho más violento y apasionado.
Alexandra recibía sus besos como si estuviera hambrienta y sedienta, y el coronel se vio arrastrado por una ola de deseo incontrolable. Las lenguas se enredaron y jadeos entrecortados brotaron de sus gargantas. (Harry y Alex en Empezar de nuevo)
Contadme, ¿la habéis leído? ¿Os gusta tanto como a mi Empezar de nuevo?
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